Frutos Secos Navidad

LA NAVIDAD Y SUS EXCESOS

Bienvenidos a una nueva entrada en nuestro blog. Hasta el momento hemos ido hablando de propiedades de diferentes alimentos relacionados con nuestra fabrica y aunque en el artículo de hoy vamos a mencionar algunos de ellos, vamos a centrarnos en cómo evitar, o al menos ser conscientes de que los excesos navideños pueden ser controlados por la dieta que llevemos a cabo.

Todos sabemos que la época de Navidades es demasiado peligrosa si hablamos de una alimentación saludable. Los excesos de los días 24 y 25 de diciembre probablemente sean los más pesados y difíciles de digerir del conjunto de días de reunión familiar. Las comidas navideñas suelen ser exquisitas pero su digestión no lo es tanto, dejándonos sensación de hinchazón y pesadez casi hasta la cena de Nochevieja. Aún así, podemos seguir una serie de recomendaciones que nos ayudarán a equilibrar nuestras digestiones tras los excesos navideños.

Las resacas y los dolores de tripa pueden frenarse con fuerza de voluntad. Además, la pandemia y la sexta ola no ayudan, ya que estamos pasando mas tiempo en casa con la nevera y los armarios de la despensa repletos de comida “menos saludable” de lo habitual, lo que implica una mayor fuerza de voluntad a la hora de elegir “picar entre horas”. En definitiva, controlar los excesos de Navidad no es fácil, nada fácil. Se trata de una peligrosa época en cuanto a nivel nutricional se refiere, ya que quien más y quien menos, a pesar de poder poseer una gran fuerza de voluntad, acaba pasándose por una u otra razón. Aunque todos conocemos sobradamente cuáles son esos excesos: demasiada comida (muy calórica), junto a demasiadas bebidas (mayormente azucaradas y/o alcohólicas), la realidad es que año tras año se repiten. Pero esto no es lo peor según nos cuenta nuestra nutricionista Montse Cebrián, y es que una vez pasa la navidad nos ponemos en manos de dietas y remedios milagrosos que no solo no ayudan, si no que pueden causarnos problemas si no están supervisados por profesionales.

En primer lugar, debemos tener claro que Navidad no es solo un día de excesos, sino varios. Eso significa que el riesgo de exceso se multiplica, en el mejor de los casos, por cinco o seis días. En cada una de estas comilonas sin control fácilmente podemos comer 1.500 calorías de media de una tacada. En todas estas comidas, se suele hacer un tremendo exceso de comida que muchas veces se usa al día siguiente porque es imposible acabar con ella. Se trata en muchos casos de entrantes relativamente pequeños, pero en gran cantidad, previos a la “comida principal”. Dichos entrantes suelen basarse en pan, quesos, carnes grasas y un largo etcétera. 

El consejo principal en estos casos es planificar bien las comidas. La tendencia a la ganancia de kilos durante las fechas navideñas es que, aún sabiendo que ese día la comida y/o cena será excesiva, el resto del día se sigue comiendo igual o peor tal y como explicábamos antes. Esto, al final del día, implica que probablemente hemos duplicado el consumo calórico. Debemos intentar priorizar frutas y verduras en las comidas, ya que ambos tipos de alimentos tienden a comerse en crudo y en cantidad; por ello, entre su bajo contenido calórico y su poder saciante, su consumo puede ayudarnos a refrenarnos respecto a otros alimentos menos interesantes nutricionalmente (y más calóricos).

Elegir bien qué vamos a comer, aunque en muchos casos sea difícil, puede ahorrarnos problemas al día siguiente. Como ya hemos comentado se suele tender al exceso en las comidas navideñas, pero también se suele tender a la variedad, por lo que en ocasiones saber elegir qué comer y cuánta cantidad puede ahorrarnos disgustos al día siguiente o al subirnos a la bascula sobre mediados de enero.

También deberíamos tener en cuenta la calidad de lo que comemos. Por ejemplo, intentar priorizar las carnes más magras (pavo, pollo o conejo) respecto a las más grasas. Aunque la grasa por sí misma no ha demostrado ser perjudicial, muchos estudios sí han relacionado el exceso de grasas saturadas con enfermedad cardiovascular, e incluso con el cáncer, aunque siempre se trata de grasas en alimentos altamente procesados como pizzas, hamburguesas y demás comida rápida. Asimismo, es recomendable tirar de grasas saludables (mono y poliinsaturadas) respecto a las procesadas; en este caso sería aconsejable el uso de aceite de oliva respecto a otros como el aceite de girasol o el aceite de palma, ¡y no olvidar jamás el potencial de los frutos secos, ricos en grasas saludables y con un alto poder saciante!

Por otro lado, tenemos el caso de las bebidas, donde los refrescos ricos en azúcar y las bebidas alcohólicas destacan por su elevada presencia y es que el azúcar añadido, es el mayor defecto nutricional y en estas fechas también, es donde los refrescos destacan por su facilidad para ser consumidos, y para excedernos. De hecho, algunos estudios han demostrado que incluso tomar tan solo dos refrescos a la semana puede aumentar el riesgo de diabetes mellitus tipo 2, algo llamativo y a tener en cuenta.

Aquí os dejamos algunos tips básicos para evitar los excesos navideños:

- Aumentar el consumo de vegetales nos ayuda a depurarnos, por ello debemos priorizar siempre verduras y frutas en nuestros platos los días siguientes a las comilonas navideñas.

- La fibra, acompañada de la ingesta de líquidos, ayuda al tracto digestivo a funcionar correctamente. Para ello, la ingesta moderada de frutos secos es un buen aliado por su alto contenido en fibra.

- Después de varios días de excesos, la mejor opción es optar por alimentos saciantes, como es el caso de los alimentos proteicos bajos en grasa. El pescado, las claras de huevo o la carne blanca son buenas proteínas para deshincharnos y recuperar nuestro tránsito. 

- Hidratarse es la mejor opción de terminar con la hinchazón que nos provoca comer en exceso. El consumo de dos litros de agua al día es más que necesario para depurarse y limpiarse de las comilonas navideñas.

- Realizar ejercicio físico en periodo vacacional sumado al ya habitual o recomendable, siempre nos ayudará a quemar calorías y a encontrarnos mejor

Si ya nos hemos pasado, la mejor forma de “desintoxicarse” si hemos cometido excesos es volver a la alimentación habitual, y tener paciencia. El organismo humano es sabio, y poco a poco todo volverá a la normalidad. Lo que sí es necesario es intentar llevar una alimentación saludable, rica en granos enteros y legumbres, verduras y fruta, grasas saludables y proteínas de calidad.

Esperamos que esta nueva entrada os sirva de ayuda, no solamente para esta navidad, si no para aquellos periodos en los que “los excesos” son habituales.

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